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HISTORIA Y ORIGEN DE LA SORTIJA DE PEDIDA Y LAS ALIANZAS

Las vemos, las llevamos, las compramos y las regalamos por diferentes motivos, y sabemos expresarnos a través de ellas, pero ¿cuál ha sido el camino de la alianza hasta llegar a nuestro tiempo?

En la Roma precristiana existían los esponsales, cuyo significado es:“promesa” en estos las familias concertaban la futura boda de sus hijos y le regalaban a la novia un anillo que solía ser de hierro al que se le denominaba annulus pronubus. Su significado era contractual y no sentimental, y ya existen indicios de este tipo de anillo desde el S. II a.C.

Ya en la Roma cristiana, Tertuliano describe que las mujeres desposadas cristianas usaban un anillo de oro, siendo éste el mismo para la pedida que para la boda. Esta costumbre del anillo único y sólo para la mujer se prolonga hasta el medievo. Aquí el significado del anillo cambia y pasa de ser contractual a sacramental, puesto que la religión adquiere mucho peso en este periodo. Además, también se da un cambio significativo en el uso del material, pasamos del empleo del hierro al oro. El oro se asocia aquí a lo divino, y se suma así a su relación con el poder previo.

Alrededor del S. IV d.C. durante el Imperio Romano, el cristianismo se posiciona como la religión de estado y el Imperio se divide en dos: los imperios de Oriente y Occidente. Se cree que es en el Imperio Oriental donde surgió la costumbre del doble anillo en la boda: uno para la novia y otro para el novio. Esta costumbre se extiende, con el paso de los siglos, al resto de Europa.

A partir de la Edad Moderna, nace la costumbre de entregar a la mujer de dos anillos: primero el anillo de pedida y, después, la alianza, que proviene de aligare cuyo significado es: “atar” o “unir”. En el Renacimiento, las alianzas se personalizaban con frases o iniciales, y en la Época Barroca y Rococó evolucionan en ostentosas y llamativas. En este último periodo empiezan a tallarse las piedras en forma de corazón.

En la Edad Contemporánea, aparece una nueva talla para el diamante: la talla brillante, siendo ésta la favorita para el anillo de pedida. Las alianzas son de oro, y en forma de media caña para una mayor comodidad, ya que es un anillo que siempre se lleva puesto.

Hoy en día hay tantas posibilidades como propuestas e imaginación otorguen la joyería moderna, pero su significado se mantiene e incluso se ha ampliado a bodas civiles, donde el sesgo religioso no se da. También se aprecian en nuestros días otros cambios que poco a poco van calando en nuestra idiosincrasia, estos tienen que ver con la concienciación social y medioambiental en el mundo de la joyería artesanal, como es el caso de Loalba Joyeros. Una casa que usa de forma exclusiva oro ético en sus creaciones (con certificación RJC), y que con una larga y dilatada experiencia se han conformado como todo un referente y lo sigue haciendo en el S.XXI.

María Amparo López Siles. Gemóloga por el IGE

Bibliografía:

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Montañez, luís y Barrera, Javier. Joyas,1987. Madrid : Ediciones Autiquania. pág. 243

Selwyn,A.El arte de la joyería,1949.Barcelona: Gustavi Gili s.a. Págs. 16,17 y 18